Los backups, o copias de seguridad, son una réplica de una serie de datos originales que, habitualmente, suele almacenarse en una ubicación diferente de los datos iniciales. Estas copias permiten que, en caso de que sea necesario, sea posible recuperar toda la información con solo restaurar el último backup de los datos.
En cambio, un DRS es una solución de contingencia. Es decir, una copia no solo de los datos, sino también de todas las configuraciones, licencias o cualquier otro ajuste realizado en una infraestructura que se aloja en un centro de datos diferente. Así, mientras que con las copias de seguridad es posible volver a disponer de una determinada información, un plan de recuperación ante desastres permite restaurar una infraestructura al completo. Además, al encontrarse en un centro de datos diferente, la información seguirá estando disponible incluso si tu infraestructura original, y todas las copias de seguridad ahí almacenadas, resulta dañada.
En muchas ocasiones no se tiene en cuenta la importancia de la configuración de un servidor. Esto puede hacer que si solo contamos con copias de seguridad de los datos, y lo perdemos absolutamente todo, no sea posible restaurar la información al tratarse de diferentes entornos. Generalmente, cada tipo de servicio requiere de una configuración específica en el servidor, por lo que si el servidor en el que se intenta replicar los datos no es compatible será imposible que la información restaurada funcione correctamente.