Comprobar la reputación del dominio y evitar que acabe en spam
Siempre que enviamos correos electrónicos lo hacemos con la intención de que nuestros destinatarios reciban y lean el mensaje. Pero, para que los emails que enviamos lleguen correctamente a las bandejas de entrada de nuestros clientes o usuarios, es fundamental tener en cuenta la reputación del dominio desde el que se envían. Si la reputación de nuestro dominio no es muy buena, los emails acabarán, en el mejor de los casos, en la carpeta de spam.
¿Qué es la reputación del dominio?
La reputación de un dominio es un factor que se obtiene al analizar el uso que se hace de una dirección IP y de cómo se gestionen los envíos a través de correo electrónico. Así, llevando a cabo buenas prácticas de email marketing, la reputación del dominio será mucho mejor que si mandamos a nuestros usuarios correos que no desean recibir. Además, cuanto más alta sea la reputación de un dominio mayor tasa de apertura tendrán los correos que se envíen; a la vez que se reducen las posibilidades de que el dominio acabe en alguna lista negra.
Aunque sea el principal factor, para determinar si los correos se reciben correctamente o si son marcados como spam, no es el único que tenemos en cuenta. En la reputación del dominio también influye el uso que se hace de IP desde la que se envían los correos. Este asunto, en el caso de que compartas servidor con otros usuarios, será algo que no dependerá directamente de tus acciones. En un plan de hosting compartido varios usuarios utilizan una misma dirección IP; lo que hace que el uso de un usuario pueda perjudicar a todos sus vecinos y afectar a la capacidad para enviar mensajes de cada uno de ellos. Es decir, si alguno de tus «vecinos» no está llevando a cabo buenas prácticas, es posible que tus envíos se vean afectados y, por tanto, la reputación de tu dominio.
Pero para determinar la reputación del dominio y la IP también se considera cuál es la reacción del destinatario. Si cada vez que recibe un correo, lo marca como spam, el dominio, la IP o ambas, acabarán en listas negras. Por lo que en gran medida se trata de algo que no depende directamente del propietario del dominio; aunque de forma indirecta es el reflejo de sus acciones.
¿Cómo comprobar la reputación de mi dominio?
Existen multitud de sitios web en los que, a través de una sencilla búsqueda, puedes averiguar cuál es la reputación del dominio. Eso sí, hay que tener en cuenta que contar con un dominio de buena reputación no evita que los correos que se envíen puedan acabar en la carpeta de spam. Aquí te mostramos algunos de ellos:
- Senderbase.org. Permite conocer la situación de una IP o dominio teniendo en cuenta la fase en la que se encuentra: buena, neutral o pobre. En función del resultado, sabrás si necesitas cambiar tu estrategia de email marketing o si vas por el buen camino.
- Senderscore.org. En una escala de 0 a 100 muestra el estado de una IP frente a otras direcciones. Cuanto mayor sea la puntuación obtenida, mejor será la reputación del dominio y, por lo tanto, la tasa de entrega de tus correos electrónicos.
- ReputationAuthority. Además de indicar si una web contiene malware, muestra el porcentaje de correos buenos y malos teniendo en cuenta la dirección IP desde la que se enviaron.
- Barracuda Central. Se trata de una enorme base de datos que averigua la reputación de un dominio y de una IP en tiempo real. Para ello indica cuáles de esas direcciones son buenas y cuáles demasiado pobres.
- TrustedSource. Además de información sobre un dominio y su reputación, este sitio web proporciona detalles sobre el servidor de correo y las DNS. Además, permite consultar el historial del dominio y sus asociaciones.
Otros aspectos de reputación
Más allá de realizar una consulta a estos sitios web puedes revisar otros aspectos relacionados con tu dominio. Por ejemplo, un mal uso de los registros DKIM, SPF o CNAME de la zona DNS también puede ocasionar que tus emails acaben en la carpeta de spam. También es muy importante que tengas en cuenta si el contenido de tus emails es apropiado para tus destinatarios. Igualmente, si en el cuerpo del mensaje se han añadido enlaces que se encuentran en listas negras. Estos dos aspectos son fundamentales para mejorar la tasa de envío y evitar problemas en la reputación de tu dominio.
Puesto que, lamentablemente, el email es la principal forma de propagación de malware y phishing. Por ello, cuidar el uso que se le da al servicio de correo es fundamental. De esta forma, ya no solo para evitar las listas negras, sino que también para conseguir la mejor reputación del dominio y ganar la confianza de los usuarios.