P2P, las redes descentralizadas para compartir contenido (y otros usos)
Hace solo unos días nos enterábamos de que Emule no estaba muerto, su última versión estable solo estaba de parranda. Una parranda que ha durado más de 10 años, tiempo más que suficiente para que muchos no sepan ni qué es ‘La mula’ y todos los momentos (y sustos) que nos dio a principios de los 2000. Ni tampoco qué es eso de las redes P2P. Todo ello, unido al auge de los servicios de streaming, han hecho de eMule un oasis de nostalgia en medio de un año extraño.
eMule, nuestros inicios con P2P
Aquel sistema de descarga de archivos que era lo único que teníamos cuando Netflix o HBO aún no estaban online, fue la primera experiencia con P2P para muchos. Aunque es probable que la gran parte de aquellos usuarios no sepan ni cómo funcionaba la aplicación; únicamente se limitaban a buscar algo y tener (mucha) suerte de que el contenido descargado fuera realmente lo que decía ser.
Un riesgo de virus y otro tipo de problemas legales a los que ya no estamos expuestos con los servicios de streaming; pero que durante mucho tiempo fue la única forma de acceder a contenido que nunca terminaba de llegar a nuestro país. Además, a pesar de que la última actualización de eMule sea de un usuario y no del equipo de desarrollo, lo cierto es que la aplicación siempre estuvo operativa. Lo que pasó es que el usuario medio dejó de utilizarla porque, de repente, tenía más opciones y mucho más fáciles de utilizar.
Pero, ¿qué es P2P?
Como hemos dicho anteriormente, todos nos quedamos con el nombre y la utilidad que le dábamos a la aplicación, pero muy pocos sabían cómo funcionaba realmente. O, al menos, se habían molestado en averiguar que había detrás de toda esa ‘magia’. eMule, al igual que otras aplicaciones similares, está basada en P2P, una red de ordenadores que permiten el intercambio de información. En este caso, que consiguieras descargar un contenido a través de la aplicación.
Las redes P2P, también conocidas como redes entre pares o peer-to-peer, se componen de una serie de ordenadores que actúan como cliente o servidor respecto al resto de nodos que componen la red. Al comportarse todos los nodos como iguales entre sí, la red se vuelve mucho más flexible al no requerir de clientes ni servidores fijos. Además, permiten aprovechar mejor el ancho de banda de los usuarios a la hora de producirse el intercambio; obteniendo así un rendimiento más alto y, por tanto, las transferencias se producen de forma más rápida.
¿Qué caracteriza a estas redes?
La principal característica de las redes P2P es la descentralización y la igualdad que otorgan a todos los nodos que las formas, haciendo que ninguno de los elementos sea fundamental para que la red pueda operar correctamente. Pero P2P tiene, principalmente, otras dos particularidades:
- Escalables. Como estas redes están compuestas por cientos de millones de usuarios, su capacidad aumenta a medida que más usuario se unan a la red. Además, a mayor número de usuarios, mejor rendimiento tendrá la red, ya que se dispone de más recursos en el sistema. Es algo así como todo lo contrario a la arquitectura cliente-servidor tradicional.
- Robustas. Al no haber un servidor central al que deban conectarse todos los demás, el punto único de fallo se reduce al mínimo. Como no se realizan peticiones a un servidor concreto, cualquiera de los demás podrá responder en caso de que alguno falle.
También hay algunas características deseables para este tipo de redes, como que garanticen el anonimato de todas las partes o que sean seguras; evitando archivos infectados o la protección de los recursos de la red.
¿Para qué sirven estas redes?
Se suele pensar que las redes P2P solo sirven para la descarga de archivos de una forma no del todo legal, pero lo cierto es que tienen muchos otros usos. Por ejemplo, algunos sistemas de telefonía por internet, como Skype o la tecnología VoIP, también utilizan P2P para ofrecer el servicio. Las transacciones en Bitcoin también recurren a estas redes, al igual que la tecnología blockchain. Incluso algunos sistemas de CCTV transmiten imágenes entre usuarios conectados a través de estas redes.
En los últimos tiempos las redes P2P se han empezado a considerar como alternativa a la distribución de películas convencional por parte de compañías como Warner Bros o la BBC. Además, algunas instituciones académicas también las utilizan para que sus usuarios puedan compartir archivos de forma más sencilla.
Lo mismo que nos ha pasado con eMule sucede con las redes P2P. No están muertas, ni siquiera están de parranda, están buscando nuevos usos, aunque tú no lo sepas.