La rotación de la tierra es la causante de que en algunas zonas sea de día mientras que en otras de noche, pero también es la responsable de que se creara el segundo intercalar. Una medida de tiempo que aporta grandes ventajas y también algún que otro inconveniente al mundo tecnológico.
También llamado segundo bisiesto, es una forma de ajustar la hora GMT con los 400 relojes atómicos que se distribuyen en diferentes partes del mundo. Esta unidad de medida es necesaria para poder sincronizar el tiempo atómico con el que marca la rotación terrestre. Puesto que los dos tiempos se miden de forma diferente, es necesario establecer una correlación entre ambos. Y es que, mientras que el tiempo atómico es siempre estable y un segundo siempre durará 1/86400 de un día, la rotación de la tierra es variable y, por tanto, sus segundos también lo son.
Por ello, cada cierto tiempo se añada un segundo adicional o intercalar. En concreto, esto se ha hecho 27 veces desde que se llevara a cabo por primera vez en 1972. El proceso consiste, básicamente, en añadir un segundo adicional a las 23:59:59 para que, en lugar de pasar a las 00:00:00, sean las 23:59:60.
El segundo intercalar por sí mismo es imperceptible para los seres humanos. Pero de no utilizarse en 60 años, la diferencia entre ambos tiempos sería de 1 minutos e iría en aumento a medida que pasara el tiempo.
Las máquinas son quienes más sufren las consecuencias de esta desincronización y cada cierto tiempo acaba ocasionando problemas. Es habitual que se programen ciertas tareas que deben llevarse a cabo a una hora concreta y, con el segundo intercalar, muchas webs no pueden conectarse con los servidores quedando inaccesibles durante un tiempo. Estas caídas pueden afectar a diferentes servicios a nivel mundial. De ahí que las empresas tecnológicas quieran que deje de usarse.
Por el momento, las grandes compañías han conseguido convencer al NIST (National Institute of Standards and Technology) y también al BIPM (Bureau International de Poids et Mesures). Algunas de las opciones son adelantar o atrasar los relojes (el llamado segundo bisiesto negativo que nunca ha llegado a probarse), aunque consideran que lo mejor sería quitar directamente el segundo intercalar. Decantarse por esta opción supondría no tener problemas en al menos 2.000 años, lo que parece un plazo de tiempo más que suficiente para poder buscar una alternativa.
Quien iba a pensar que algo tan insignificante como un segundo intercalar pudiera suponer un verdadero problema en todo internet. En los próximos meses sabremos si finalmente las compañías tecnológicas consiguen que en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones de Ginebra de 2023 se aprueba la eliminación del segundo adicional. Una decisión que, si bien tiene muchos defensores, también cuenta con un buen puñado de detractores. Sincronizar la medición del tiempo que hacemos los humanos con los ciclos naturales de sol, o no, esa es la cuestión.
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