¿Conseguirá IPv6 desterrar a su antecesor IPv4?
Igual que existen los números de teléfono para llamar, aunque cada vez menos, a alguien con quien tenemos que hablar, en internet existen las direcciones IP. Una dirección IP no es más que un número que identifica a los millones de dispositivos que se conectan a internet, algo así como la matrícula de tu ordenador, de tu teléfono móvil o del servidor en el que se encuentra alojada tu página web. Hasta ahora las direcciones IP que hemos venido utilizando pertenecen a la cuarta versión del protocolo: IPv4. Un rango de direcciones que, oficialmente, se acabaron el 31 de enero de 2011 y que serán reemplazadas por IPv6.
¿Qué es IPv6?
Ante la popularización de internet y el aumento de dispositivos conectados, ya desde finales de los 90 se preveía la necesidad de un nuevo protocolo. Nuevas direcciones para todos los dispositivos que estaban por venir; de otra forma, al no ser posible ofrecer más direcciones IP el crecimiento de internet se estancaría. Por este motivo comenzó el desarrollo del nuevo protocolo IPv6, aunque no se empezara a utilizar hasta el cambio de siglo.
También conocido como IP Next Generation o IPng, IPv6 cuadruplica los bits que contiene la IP y el número de combinaciones posibles de IPv4. Así, el número de direcciones IP ha pasado de 4.300 millones a más de 340 sextillones. Más allá del incremento de IPs, IPv6 ha conseguido superar algunas limitaciones más de IPv4, como la eficiencia de los paquetes y un aumento de la seguridad respecto a su antecesor.
Nuevo protocolo, otros problemas
A pesar de que IPv6 consigue salvar muchas de las deficiencias de las anteriores versiones del protocolo IP, es totalmente incompatible con IPv4. Aunque el usuario no llegue a notar nada, ya que los routers son capaces de lidiar con los dos protocolos, lo cierto es que para que dos equipos con diferentes versiones de IP establezcan conexión es necesario un intermediario. Aun así puedes comprobar si tus dispositivos son compatibles o utilizan IPv6 de una forma muy sencilla.
Cuando llegó el fin de IPv4 algunos organismos e instituciones sugirieron la adopción de IPv6 cuanto antes. Pese al dramatismo que parecía envolver la situación, el mensaje no caló demasiado entre empresas, proveedores y usuarios. Así, según las estadísticas de Google, desde enero de 2009 hasta ahora la adopción de IPv6 apenas llega al 25%, siendo Estados Unidos, India y Alemania los países que recurren a la nueva versión del protocolo IP; en España apenas llega a alcanzar el 3%. Una adopción que ha aumentado a buen ritmo en lo que llevamos de década, pero que no parece vaya a crecer mucho más en los próximos años.
El estancamiento de IPv6 se debe principalmente a la situación de IPv4. En la teoría, el número de direcciones IP de la versión 4 lleva años agotado, pero no así en la práctica. Desde hace algunos años ha surgido la figura del IP bróker, personas o empresas que se dedican a revender direcciones IP que están en desuso. Con este movimiento la necesidad de adoptar el nuevo protocolo IP deja de ser tan urgente, tanto que ya se considera a IPv6 una alternativa ante el verdadero fin de IPv4.