Aunque se tomen medidas para evitar que los emails acaben en las bandejas de correo no deseado, es probable que algunos sean marcados como spam. Cuando esto ocurre generalmente se debe a malas prácticas en los envíos de correo o al hackeo de la web como consecuencia de la desactualización de los componentes.
1. Identificar el origen del problema
Para que todas las acciones que realices después tengan efecto, es necesario empezar por la causa del problema. De otra forma, de nada servirá tratar de sacar el dominio o la dirección IP de una lista negra, ya que volver a una blacklist será cuestión de tiempo.
2. Comprobar si la IP está en listas negras
Una vez identificado el problema deberás ver en qué listas negras se encuentra tu dirección IP o dominio. Puesto que no existe una única lista negra, es necesario conocer en cuáles se encuentra porque, de no eliminar la IP de todas ellas, es posible que tus emails sigan entrando al buzón de correos no deseados.
En internet encontrarás diferentes herramientas que te permitirán comprobar en qué listas negras se ha incluido tu dominio o dirección IP.
3. Solicitar la retirada de la IP de la blacklist
Sabiendo en qué y cuántas listas negras se ha incluido tu IP, llega el momento de solicitar la retirada. Este no es un proceso automático, puesto que el proveedor puede realizar algunas comprobaciones para saber si la IP o el dominio se están utilizando de forma correcta.
Una vez solicitada la exclusión de la blacklist, solo queda esperar a que el proveedor acepte nuestra petición.
4. Realizar buenas prácticas de correo
La única forma de evitar que tu dirección IP o dominio vuelvan a acabar en listas negras es darle un buen uso. Así: