¿Qué es un FQDN o ruta de red?
Al igual que sucede, por ejemplo, con los crawlers que al visitar una web lo único que pueden ver es su código, y no su diseño, con las máquinas sucede algo parecido. Los servidores, o las máquinas, cuando buscan una web no lo hacen por su dominio, sino por su dirección IP. En algunas ocasiones, necesitan de mayor información para encontrar un determinado espacio en internet; es decir, es necesario saber el FQDN.
¿Qué es un FQDN?
FQDN son las siglas de Fully Qualified Domain Name, es decir, un nombre de dominio completo. Este nombre de dominio único que contiene toda la información necesaria para poder acceder a una máquina a través de una red pública, como puede ser internet. A través de un FQDN un equipo es capaz de conectarse con cualquier otro.
En cuanto a su composición, los FQDN se componen de un mínimo de tres etiquetas que ayudan a la identificación de una máquina mediante números, letras o guiones con una longitud de entre 63 y 255 caracteres. Estas etiquetas se separan mediante puntos y se leen siempre de derecha a izquierda. Así, primero se identifica el dominio con base en su TLD (o extensión de dominio), nombre del dominio (la parte del dominio que se registra) y el nombre del host. Este orden de lectura permite identificar de una forma más sencilla la máquina que se está buscando.
Por ejemplo, en blog.linube.es, la búsqueda empezaría por linube.es y en esa misma búsqueda llegaríamos al lugar correcto. Si la lectura se realizara de izquierda a derecha, el sistema comenzaría por todas las direcciones que comiencen por blog.tudominio.es e iría discriminando hasta llegar a la máquina que se la ha solicitado. Un proceso que evidentemente lleva mucho más tiempo.
De forma muy simplificada, los FQDN son como nuestro nombre y dirección, solo que en este caso, además, se relacionan con una IP. Una estructura que ayuda a recordar la ruta de red y que permite crear estructuras, como si fueran calles, barrios o pueblos.
¿En qué se diferencia de un hostname?
Los hostnames son parte del FQDN. A grandes rasgos, podríamos decir que la única diferencia entre un hostname y un FQDN es que este último contiene más información. El uso de uno u otro depende del contexto y del tipo de red que se utilice para ello. Por ejemplo, en ocasiones no es necesario proporcionar toda la información de una máquina y es suficiente con el hostname. De esta forma, podemos decir que un FQDN contiene toda la información que necesitamos para poder acceder a una máquina a la que queremos acceder a través de internet; y un hostname es el nombre de una máquina para la que necesitaremos conocer información adicional si queremos acceder a ella.
Por poner un sencillo ejemplo, imaginemos que tenemos un coche y queremos aparcarlo en un parking; uno que, además, dispone de servicio de aparcacoches. Si optamos por hacer uso de este servicio, pero queremos saber dónde han aparcado nuestro coche, necesitaremos que nos lleven hasta el lugar donde lo han aparcado o que nos indiquen el lugar exacto donde se encuentra (planta del parking, zona, número de plaza…); es decir, su FQDN. En cambio, si somos nosotros quienes estacionamos nuestro vehículo, no necesitaremos tanta información para saber dónde está. Con unas ligeras indicaciones sobre la zona sabremos llegar a él.
FQDN y hostname VS subdominio
Los tres elementos comparten la misma estructura de etiquetas separadas por puntos. Pero, mientras que un FQDN y un hostname sirven al mismo objetivo, un subdominio hace referencia a una parte de una web. Es decir, un subdominio indica dónde se ubica un determinado contenido, pero dentro de un sitio web. Además de esto, detrás de un subdominio, al igual que de un dominio, siempre está un DNS. El DNS es el sistema encargado de traducir los nombres de dominio en direcciones IP para que las máquinas puedan interpretar el contenido de qué servidor queremos visitar.
Aunque tanto el subdominio como el nombre del host siempre van delante del nombre del dominio, no debe confundirse con un subdominio. En estos casos, lo habitual es que el host sea www y el subdominio blog, tienda o una palabra que indica por sí misma que se trata de una parte de la web.
A simple vista puede parecer que los hostnames y los FQDN, o rutas de red, sean algo exclusivo de los expertos informáticos, lo cierto es que si tienes contratado un plan de hosting o utilizas un cliente de correo, en algún momento has tenido que configurar un hostname. En Linube recurrimos a los hostnames y los FQDN en muchos de nuestros servicios para indicar a nuestros clientes a qué máquinas tienen que conectarse para poder utilizar los servicios que contratan.