Muchas veces escuchamos acerca de los conceptos de transferencia y ancho de banda. Y lo más probable es que muchas de esas veces no sepamos a ciencia cierta a qué se refieren con esos términos. Si este es tu caso, vamos a explicar qué son cada uno de ellos y en qué se diferencian.
La transferencia de un plan de alojamiento o un servidor hace referencia al tráfico, o cada uno de los accesos, que tiene un determinado sitio web. De esta forma, podemos diferenciar entre tráfico web externo y tráfico web interno. Por tráfico externo entendemos el consumo que se hace cuando alguien visita nuestra web; o también cuando se descarga algún archivo que está disponible en nuestra página web. En el lado opuesto, llamamos tráfico interno a la subida de contenido al sitio web, como por ejemplo, a través de una cuenta FTP. Asimismo, dentro del tráfico interno se incluye el envío de correos electrónicos y, en algunos casos, los procesos de volcado interno que se llevan a cabo en el servidor.
La transferencia, habitualmente, se mide en consumo de gigas al mes. Por lo general, todos los planes de alojamiento suelen contar con estadísticas detalladas del consumo del servidor, entre las que se puede consultar la transferencia. Unas gráficas que se actualizan diariamente y se reinician a final, o principios, de mes en función del proveedor de alojamiento. En cualquier caso, cuando llegue un nuevo mes, podrás volver a disponer de toda la capacidad de transferencia de tu alojamiento de nuevo.
Mientras que la transferencia es el consumo de gigas que el tráfico de un sitio alcanza en un periodo de tiempo determinado, el caudal hace referencia al ancho de banda que posee la plataforma en la que está alojado ese sitio y se mide en megabit (Mbit o Mb). Por lo tanto, podríamos decir que el ancho de banda está relacionado con la velocidad de transferencia o de descarga de datos que dispone la empresa en la que has contratado tu alojamiento web.
Para explicar los conceptos de transferencia y de ancho de banda y, sobre todo, para poder diferenciarlos siempre recurrimos a un ejemplo simple pero muy gráfico. Representamos la transferencia como un montón de litros de agua y al caudal, o el ancho de banda, como el tubo que la va a conducir. Si tratamos de volcar todos los litros de una vez dependeremos del tamaño que tenga la sección del tubo. Así, en el caso de que sea muy reducida no podremos hacerlo porque las dimensiones del tubo son inferiores a la cantidad de litros que queremos volcar. En este caso tendremos que ir vertiendo el líquido poco a poco. Sin embargo, todo esto no ocurrirá si contamos con un conducto de diámetro muy superior.
De vuelta a la informática, en muchas empresas de hosting se dispone de transferencias muy elevadas pero de un caudal muy limitado. Una situación que puede generar cuellos de botella si existen muchas visitas concurrentes y, por tanto, en el mejor de los casos se ralentizará el acceso a la web. En el peor de los escenarios podrían acabar tirando la página y dejándola inoperativa por unos momentos.
Y, si necesitas una mayor transferencia, podrás contratarla en uno de nuestros servidores cloud; un alojamiento tan personalizado que tú decides cada uno de los recursos.
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