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El COVID-19 nos está cambiando la vida y la forma en que utilizamos internet

Si la alerta sanitaria en la que, lamentablemente, estamos inmersos ha propiciado una adopción repentina del teletrabajo, el virus está cambiando muchas otras cosas que tienen lugar en la red. Internet está siendo nuestra válvula de escape, una forma de darle a nuestras vidas en aislamiento la máxima normalidad posible. Pero, ¿cómo están siendo los efectos del coronavirus en internet? ¿Cómo está afectando el estar en casa al consumo y al uso que hacemos de la red de redes?

El virus crece en Google

Unas semanas es lo que ha tardado el término coronavirus en colarse en nuestro día a día. Hace no tanto era una palabra totalmente desconocida para la mayor parte de la población, ahora uno de los términos más utilizados. Desde que el virus llegara a la península, las búsquedas en Google comenzaron a multiplicarse. Según muestra Google Trends, desde la última semana de febrero las búsquedas relacionadas con el coronavirus han ido en aumento a medida que los efectos del virus se hacían más notables en el país.

Teniendo en cuenta que todo lo que no sabemos acabamos buscándolo en Google, era de esperar que uno de los primeros efectos del coronavirus en internet fuera este. En líneas generales se estima que desde su primera aparición en China, el coronavirus ha sido el protagonista de unos 3 millones de búsquedas. Solo en España la media de búsquedas se sitúa en torno a 30.000 veces al mes; ya sea en lo que se refiere a las medidas de contención o para conocer sus síntomas o formas de contagio.

En la misma línea, Worldometers, una pequeña web dedicada a mostrar estadísticas en tiempo real vio como sus visitas no dejaban de crecer. Tanto que tuvieron que ampliar los recursos, ya que aquella pequeña web se había convertido en la principal fuente de datos de muchos ciudadanos en todo el mundo.

Un consumo disparado

Estar 24×7 y hasta nuevo aviso en nuestras casas implica recurrir más que nunca a todos los servicios que tenemos contratados y contratar otros nuevos. Plataformas de streaming, redes sociales, videollamadas… todo lo que pueda hacerse utilizando un móvil u ordenador mientras estás en el sofá. Por ello, uno de los principales efectos del coronavirus en internet es el aumento del tráfico en redes IP en un 40% desde que empezara la cuarentena. También se han duplicado el número de llamadas a través de internet y se ha quintuplicado el uso de aplicaciones de mensajería instantánea. Porque, aunque permanezcamos aislados, estamos más conectados que nunca.

Un repentino aumento que, unido a la necesidad de teletrabajo y a la tele-enseñanza, se ha materializado en un acuerdo elaborado por las principales operadoras del país. En dicho comunicado indican que sus infraestructuras están preparadas para soportar ese incremento, pero también recomiendan hacer un uso responsable de la red priorizando lo laboral y educativo sobre el ocio. Por ello, en un intento por garantizar el mejor funcionamiento de internet, las principales plataformas de streaming han decidido bajar la calidad de sus contenidos. De esta forma, al tratarse de archivos algo más ligeros, se consumirá menos ancho de banda asegurando así una mejor conectividad.

Contenido en abierto para matar el tiempo

Durante los primeros días de confinamiento muchos autores liberaron las versiones digitales de sus obras, se organizaron todo tipo de conciertos por Instagram y tours desde tu sofá por los principales museos del mundo; incluso los medios de pago volvieron, de forma temporal, a ser gratuitos. Los operadores duplicaron los recursos contratados y ofrecieron servicios adicionales de forma gratuita. Todo tipo de actos de generosidad para ayudarnos a pasar esta cuarentena de una forma más amena, pero que, de nuevo, tienen incidencia en internet. Porque, sin que nos hayamos dado cuenta, hemos vertebrado toda nuestra vida en torno a los datos de nuestros smartphones y la red wifi que nos rodea.

Esa apertura de ocio es otro de los efectos del coronavirus en internet. Tener más y más opciones para entretenernos dentro de las paredes de nuestras casas contribuye a un mayor consumo de internet. Por fin hemos encontrado el tiempo necesario para hacer todo aquello que siempre quisimos, pero para lo que aún no habíamos hecho hueco. Nos registramos en nuevos sitios, nos descargamos contenido para ver después, nos apuntamos a clases de deporte online… pero seguimos haciendo lo mismo de siempre. El uso responsable de internet que nos recomendaban las operadoras telefónicas era precisamente eso, no descargar los recursos que no necesitáramos o que no fuésemos a utilizar para no saturar la red.

Más compras online

Puesto que no es posible salir a la calle, salvo en contadas excepciones, todo lo que antes comprábamos en tienda hemos pasado a hacerlo online. Desde la cesta de la compra, quizá uno de los aspectos a los que nos mostrábamos más reticentes, hasta artículos para mascotas, videoconsolas, incluso máquinas para hacer deporte. Esto se ha traducido en un importante aumento del comercio electrónico en determinados sectores. Así, los sectores tradicionalmente más afortunados, como la ropa o los viajes, han cedido su puesto a otros que, generalmente, tienen menos suerte como el material escolar o los electrodomésticos.

Ahora bien, en este auge del e-commerce, hay que tener en cuenta que la parte logística no está creciendo de la misma manera. No todos los bienes que adquirimos son de primera necesidad, por lo que muchas empresas de reparto han optado por reducir sus servicios. Ya que los repartidores se exponen cada vez que salen a trabajar, lo mínimo es que lo hagan en las mejores condiciones y porque sea algo necesario para el comprador. Es decir, repartidores de supermercados o parafarmacias porque sin el resto de productos, mejor o peor, podemos sobrevivir a esta cuarentena.

El coronavirus como cebo

Si esta crisis está sacando lo mejor de muchos, también lo peor de otros. En los últimos días, hay quienes están intentando engañar, principalmente al personal sanitario, utilizando como excusa el coronavirus. Tal y como las autoridades han reportado, a través de una campaña de phishing se buscaba infectar con malware los sistemas hospitalarios. Algo que en la situación actual hubiera tenido consecuencias catastróficas impidiendo el uso de los sistemas o secuestrando la información, en el caso del ransomware, y que de haberlo conseguido hubiera dificultado aún más el panorama actual.

Aunque debemos acostumbrarnos siempre a comprobar la legitimidad de los emails que recibimos, en este caso es aún más importante. Aprender a detectar ciberataques no es tan difícil, únicamente es necesario dedicarle unos segundos a lo que se recibe y utilizar el sentido común antes de realizar ninguna acción. Porque, aunque algunos crackers evitan hacer negocios en situaciones como la que atravesamos en este momento, otros parecen opinar todo lo contrario.

Por el momento, nosotros seguimos quedándonos en casa y esperamos que, si puedes, tú también lo hagas. Teletrabaja, tele-estudia o simplemente no hagas nada, pero elige siempre ser responsable.

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