A pesar de ser el método de autenticación más antiguo en informática, las contraseñas siguen siendo la opción preferida para registrarse e iniciar sesión en diferentes servicios. La aparición de sistemas de reconocimiento facial o por voz, la huella dactilar o los patrones no han conseguido bajar del podio a las claves de acceso. Pero, en un tiempo en el que nuestra información más sensible se almacena en internet, es más importante que nunca recurrir a contraseñas seguras.
Es muy común que cuando nos damos de alta en un nuevo servicio web dudemos entre establecer una contraseña fácil de recordar o una más compleja. Si bien las claves fáciles de recordar suelen ser extremadamente inseguras, las contraseñas seguras suelen ser más difíciles de memorizar. Y, precisamente por ello, son siempre la opción más adecuada. Si a nosotros nos resultan difíciles, para quien intente adivinarla será mucho más complejo.
Como queremos evitar que nadie pueda acceder a tus datos o consiga descifrar tu clave de acceso, te contamos todo lo que no tienes para crear una contraseña.
No reutilices contraseñas. La tentación más común, porque es mucho más sencillo recordar una única contraseña, que tener que memorizar muchas. Pero piensa que, si alguien consigue adivinar tu contraseña, lo más lógico sería probarla en otros servicios y ver si hay suerte. Y si es tu caso, el hacker habrá tenido suerte, tú no tanta.
Es evidente que ninguna contraseña es infalible, pero cuanto más empeño pongamos en crear una contraseña segura más difícil será que cualquier programa consiga descifrarla y acceder a nuestra información. Así que te recomendamos seguir alguno de estos métodos para añadir seguridad a tus claves de acceso.
Si sigues todas nuestras recomendaciones, es posible que te esté cundiendo el pánico con tanta contraseña (y tan difíciles de memorizar). Para ello dispones de gestores de contraseñas que se encargarán de recordar por ti todas tus contraseñas seguras; y para los que solo necesitarás recordar el password del gestor.
Nuestra ciberseguridad es un asunto muy importante, sobre todo si tenemos en cuenta que realizamos pagos y compartimos información sensible a través de la red. Además, la sofisticación de los hackeos hace que tengamos que ser especialmente cuidadosos. Por ello, lo más recomendable es cambiar tus claves de acceso cada seis meses. Usando cualquiera de las técnicas o herramientas, como el gestor de contraseñas, tener nuevas contraseñas seguras es muy fácil. Y sin que sea necesario recordarlas todas a la vez.
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