Como todo, el hosting ha evolucionado mucho hasta crear la nube abstracta en la que ahora almacenamos nuestros archivos. De aquellos ordenadores enormes que ocupaban habitaciones completas a convertirse algo intangible que no se sabe dónde está, pero que está en todas partes. Pero, ¿sabes cómo funciona un servidor cloud? ¿De qué elementos se compone?
El alojamiento cloud
Aunque muchas veces tiendan a confundirse, antes de conocer cómo funciona un servidor cloud es necesario tener en cuenta qué es lo que le diferencia de un VPS. Ambos son servicios virtualizados e independientes, donde cada cliente puede instalar en su servidor los servicios que necesite y hacer un uso garantizado de los recursos. Pero, los VPS no pueden escalarse con la misma facilidad que un servidor cloud, ni tampoco tiene la misma tolerancia a fallos de hardware que la nube.
Todos los servidores cloud se componen, principalmente, de tres tipos de recursos. Cada uno de ellos puede aumentarse en cuestión de segundos para adaptar el alojamiento a las necesidades del proyecto. Y, a su vez, todos ellos deben tener la capacidad necesaria para garantizar el correcto funcionamiento del servidor. De otra forma, el servicio podría verse interrumpido como consecuencia de la saturación de alguno de estos componentes.
Los cores, procesadores o CPU de un servidor se encargan de controlar el funcionamiento del servidor. Algo así como la versión en “hierro” de un cerebro humano. La CPU envía instrucciones al resto de componentes del servidor para que puedan ejecutarse los procesos.
Cuanto mayor sea el proyecto, mayor número de procesadores tendrá que tener el servidor; ya que se necesitará de una mayor potencia para llevar a cabo un mayor número de procesos. Dependiendo de la programación de tu web, es posible que cada vez que alguien accede a tu sitio web se estará consumiendo parte de la CPU contratada.
Mientras que las visitas sean acordes a la capacidad de los procesadores, el servidor continuará funcionando con normalidad. Pero, si se disparase el tráfico a tu sitio web o la CPU podría saturarse y afectar al funcionamiento del servidor cloud. En ese caso, si has contratado nuestro servicio de administración de sistemas, te notificaremos al instante para informarte sobre las posibles opciones para estabilizar el servidor.
La memoria RAM es la memoria principal del servidor. Un componente del servidor que permite el acceso a los datos de una forma mucho más rápida, tanto en la lectura como en la escritura. Aquí se almacenarán los datos necesarios para el funcionamiento de la CPU, de forma que puedan estar accesibles en cualquier momento.
El lado menos positivo de la memoria RAM es que se vacía cuando el servidor se apaga o se reinicia. Esto hace que sea necesario volver a cargar esa información en la memoria RAM para que vuelva a estar accesible para cuando la CPU lo requiera. Algo similar a lo que ocurre con la caché de tu navegador. Ahí se irá almacenando cada una de las webs que vas visitando, así no será necesario volver a descargarse el contenido y el acceso al sitio web sea mucho más rápido.
Vaciar la memoria RAM es una tarea habitual para restablecer un servidor saturado. Por ello, antes de que pueda interrumpirse el servicio, gracias a nuestras gráficas de monitorización se indicará la necesidad de ampliar la memoria RAM del servidor para que tanto el servidor, como la página web, pueda funcionar de manera óptima.
El espacio en disco de un servidor es el almacenamiento en el que se guarda toda la información relacionada con el servidor cloud. En el disco se encuentra la página web junto a sus imágenes y todos los archivos que pueden encontrarse en ella, los buzones de correo, las bases de datos, los logs… Aquí se almacena todo lo que el servidor necesita para funcionar, incluyendo el sistema operativo del mismo.
Es muy importante que siempre haya espacio disponible, más o menos un 20% de lo que hayas contratado, para garantizar que los procesos pueden ejecutarse correctamente. De otra forma, sin el suficiente espacio en disco, es posible que no puedan ejecutarse, por ejemplo, las copias de seguridad del servidor o que no puedan aplicarse las actualizaciones necesarias para que el servidor sea seguro.
Siempre que te acerques a ese límite, en el caso de los servidores administrados, te notificaremos sobre el espacio ocupado en tu servidor cloud. Así, podrás optar por eliminar aquello que ya no necesitas o ampliar la capacidad para que todo pueda funcionar a la perfección.
Ahora que ya sabes cómo funciona un servidor cloud, ¿crees que has contratado la opción más adecuada para tu proyecto? Si tienes dudas, puedes abrir un ticket de soporte y te asesoramos sobre los recursos necesarios para tu servidor cloud.
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