Si tienes un dispositivo Android es muy probable que en algún momento hayas instalado alguna aplicación en formato APK. Un formato permite comprimir las aplicaciones y poder instalarlas no solo desde la Play Store, sino también de forma directa. Bueno, permitía porque a partir de agosto todas las APK deberán adoptar el formato AAB (Android App Bundle).
Mientras que APK es el formato que desde hace unos años ha reinado en los dispositivos Android, AAB ha pasado muy desapercibido desde que se presentara el 2018; aunque sí se ha ido implementando en muchas aplicaciones. La razón de esta ventaja de las APK sobre las AAB posiblemente esté relacionada con las facilidades que ofrecen las APK; especialmente si lo que queremos es obtener una determinada aplicación. Con una simple búsqueda podemos extraer una APK e instalarla en el dispositivo que deseemos.
A nivel técnico, la diferencia entre estos dos formatos se encuentra en la cantidad de recursos que incluyen unas y otras. Así, las APK contienen todos los elementos de una aplicación, lo que hace que sea totalmente funcional. O, en realidad, sea demasiado funcional; ya que las APK incluyen algunas funcionalidades que no vamos a necesitar como todos los idiomas disponibles de una determinada app. En cambio, las AAB solo incluyen los elementos necesarios para que la aplicación sea funcional.
El formato AAB espera dar solución, entre otras cosas, a uno de los grandes problemas de las APK: la piratería de juegos y aplicaciones. Con AAB no será posible extraer una copia total de la aplicación como ocurría con las APK; únicamente se podrá obtener una copia limitada que no será funcional en todos los dispositivos, solo en los que tengan exactamente la misma configuración del dispositivo para el que se obtuvo. Es decir, que tenga un procesador determinado o un tipo de pantalla en concreto, entre otras cosas.
Al tratarse de aplicaciones modulares, las AAB van “confeccionándose” en el proceso de descarga. Cogiendo solo los recursos necesarios para nuestro dispositivo, obtenemos una versión personalizada de la aplicación, dejando el resto de elementos en la Play Store a la espera de usuarios con configuraciones diferentes. De esta forma, además de evitar que se pueda obtener la aplicación de una forma dudosa, se evita que al añadir recursos que no vamos a utilizar y se incremente el peso de la aplicación.
Según Google el paso de APK a AAB hará que las aplicaciones pesen un 15% menos porque obtendremos una aplicación optimizada para nuestro dispositivo. Al tener en cuenta cuál es nuestro procesador, el idioma o las dimensiones de la pantalla, se eliminan el resto de recursos que no son necesarios; y con ello se reduce el peso de la app.
Para el usuario, este cambio no tendrá grandes implicaciones más allá de que las aplicaciones sean algo más ligeras. Los desarrolladores de aplicaciones que estén actualmente en el mercado tampoco tendrán que hacer grandes modificaciones, ya que por el momento las actualizaciones de dichas apps quedan fuera del cambio. En cambio, para las nuevas aplicaciones sí será necesario empaquetarlas en el formato AAB, en caso de que se quiera subir la aplicación a la Play Store, para que cada usuario obtenga la serie de elementos necesarios para que la aplicación sea funcional en su dispositivo.
Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar la navegación y obtener datos estadísticos sobre las visitas obtenidas.
Leer más